Revisión sobre constantes. La arquitectura de Ramón Esteve se desenvuelve en un contexto de coherencia formal postulada como base de un proceso evolutivo. Esta búsqueda evolutiva no obedece a un patrón formal. Surge, por el contrario, para cada proyecto y de un análisis específico. Se materializa tras el proceso investigador que combina una serie de conceptos fundamentales. Así se determina la huella del trabajo. Cada uno de estos proyectos consiste en la materialización de esos conceptos esenciales. Se presentan proyectos y obra, pero se está exhibiendo armonía, serenidad, atemporalidad, atmósfera, universalidad, contextualización, las premisas que han condicionado, configurado y dado forma al universo arquitectónico de Ramón Esteve. El fin último será siempre la creación de espacios en el que cada una de las partes hable el mismo lenguaje global que ha definido los aspectos más esenciales de la arquitectura a la cual completan. La evolución de un proyecto puede discurrir en múltiples direcciones, pero la lectura de todos los parámetros debe ser única. Si se respetan estos criterios conceptuales el resultado es un trabajo que transmite esencialidad, que contiene la complejidad y la densidad de una obra resuelta hasta el más mínimo detalle y cuyo fin es la creación de lugares donde apetezca vivir.