El arquitecto portugués Álvaro Siza (Premio Pritzker 1992) es uno de los más influyentes de las cinco últimas décadas. Su arquitectura está fuertemente enraizada en el Movimiento Moderno, aunque incorpora un enfoque subjetivo del concepto y el diseño, siempre en busca de interpretaciones alternativas de la modernidad.
El Museu Serralves de Oporto (Portugal), uno de sus logros más destacados, fue el segundo de una serie de proyectos que el arquitecto inició con el Centro Galego de Arte Contemporânea, y al que sucedieron otros trabajos en Italia, Brasil y Bélgica. En contraposición a una gran parte de la arquitectura museística reciente y al síndrome de la «caja blanca», los espacios de exposición de Siza son de una intimidad subyugadora a todos los niveles. Sus producciones suscitan un reconocimiento directo de la esencia del arte como individuación. El equilibrio entre individuación y experiencia colectiva ?o la cualidad de la arquitectura como contrapeso de la atmósfera de luz intangible que crea Siza con sus gradaciones y texturas? es perecedero y enigmático. En el edificio Serralves, al igual que
en otros museos diseñados por Siza, la ordenación de la luz, el movimiento y el espacio tiene la cuasi autonomía de la criatura humana.