El arte mudéjar se desarrolló en la Península Ibérica desde fines del siglo xi hasta el siglo XVI, conviviendo con otros estilos cristianos o con los desarrollados en las distintas formaciones políticas de Al-Andalus durante la baja Edad Media. La conquista de Granada y el descubrimiento de América abrirán nuevas formas de interpretación de estas realizaciones, sobre todo arquitectónicas, que servirán para definir las ciudades y las construcciones institucionales a un lado y otro del Atlántico, influyendo, también, en la arquitectura doméstica.
El estudio historiográfico, cronológico, tipológico y decorativo constituye el esquema básico de este trabajo que abarca desde los orígenes del mudéjar tras la conquista de Toledo (1085) hasta realizaciones americanas ya del siglo XVII.