Hace dos decenios, el psicólogo y popular asesor sobre temas de diseño Donald A. Norman cambió para siempre nuestra forma de ver los objetos cotidianos con su influyente libro La psicología de los objetos cotidianos. Aquel libro, adoptado por un amplio abanico de industrias —fabricantes de automóviles, empresas informáticas, firmas de diseño— y utilizado en cursos de todo el mundo, se ha convertido en un clásico de nuestros días. Ahora, Norman dirige su mirada crítica hacia el futuro. De nuevo nos señala los riesgos de pasar por alto el factor humano al diseñar los dispositivos que, se supone, van a mejorar nuestra vida. En realidad, dice Norman, gran parte de la tecnología que ya está en el mercado o en las mesas de los diseñadores acaba siendo frustrante y molesta.¿Cómo podemos hacer que estos productos sean más fáciles de usar? ¿Cómo podemos estar seguros de que los diseños del futuro trabajarán a favor nuestro y no al revés? La respuesta, dice Norman, estriba en llegar a comprender más a fondo las cualidades propias de las personas y las máquinas.Mediante numerosos ejemplos de todo el mundo —desde las bicicletas de Delft hasta unas cocinas en Cambridge— Norman nos ofrece un nuevo enfoque que, de igual modo que su anterior éxito, indudablemente será muy bien recibido por todos sus seguidores.