Ganador del premio European Publishers Award for Photography de 2014, este libro muestra imágenes fotográficas de una amplia gama de personas que viven en puestos callejeros en Ucrania, los tochka, y comercializan frutas según la temporada. Se trata de un microcosmos de personas muy diferentes entre sí, la mayoría de ellas procedentes de Azerbaiyán y Georgia, con un objetivo común: ganar dinero. Allí viven con sus familias, o solas, en tiendas y caravanas. Las imágenes de Kirill Golovchenko nos hablan de la compasión por estos hombres y mujeres desarraigados y de la amargura de sus vidas. Cuando compramos estas frutas difícilmente pensamos en los que las venden, en lo que hay detrás de este efímero teatro ambulante de carretera. Kirill Golovchenko lo ha hecho. Ha visto lo que hay detrás del escenario. Se ha unido a los hombres y los niños que viven allí, migrantes temporales, trabajadores temporeros en busca de una supervivencia económica. Y para protegerse a sí mismos, construyen un lugar para vivir, chozas frágiles con plástico azul, que acaban por estructurar la composición del plano general. Es entonces cuando cambia la perspectiva y opta por imágenes verticales, duras e implacables, incluso podría decirse descriptivas en exceso. Él las capta con un flash violento y recorta, casi quirúrgicamente, como si utilizara un bisturí, a los individuos, los detalles, los objetos, los materiales, las siluetas, las estructuras y la organización de las formas de un fondo negro, uniformemente negro. Se convierten así en cuerpos en tensión, casi en esculturas, rígidas, en un esfuerzo perpetuo o en abandono.