Después de la publicación del primer volumen de la Historia de la Sexualidad -dice Michel Foucault- ?recentré todo mi estudio en la genealogía del hombre de deseo, desde la Antigüedad clásica hasta los primeros siglos del cristianismo. Seguí una distribución cronológica simple: El uso de los placeres, está consagrado a la forma en que la actividad sexual ha sido problematizada por los filósofos y los médicos, en la cultura griega clásica del siglo IV a.C.; El cuidado de sí esta consagrado a esta problematización en los textos griegos y latinos de los dos primeros siglos de nuestra era. [...] En cuanto a los documentos que habré de utilizar, en gran parte serán textos ?prescriptivos?; por ello quiero decir textos que, sea cual fuere su forma (discurso, diálogo, trata- do, compilación de preceptos, cartas, etc.), su objeto principal es proponer reglas de conducta. Sólo me dirigiré a los textos teóricos sobre la doctrina del placer o de las pasiones con el fin de hallar en ellos mayor claridad. [...] Estos textos tienen como función ser operadores que permitan a los individuos interrogarse sobre su propia conducta, velar por ella, formarla y darse forma a sí mismos como sujetos éticos; revelan en suma una función ?eto-poética?, para transponer una palabra que se encuentra en Plutarco?. En este segundo volumen Foucault expone todos los aspectos de la sexualidad y acoge las dimensiones de una antropología general del placer, sin olvidar la dimensión económica de la sexualidad ni su adscripción a un orden jurídico y social; estudia además el estatuto del matrimonio y la organización del hogar. La obra concluye con un tratado de erótica y una reflexión sobre lo que habría de ser el amor verdadero.