La horticultura siempre será una actividad mayoritariamente de exterior, pero si escoges las plantas correctas y consigues crear un entorno acogedor, puedes hacer crecer casi cualquier producto también en el interior de tu casa. Las plantas aromáticas, los brotes y los germinados son algunas de las más sencillas de sembrar y permiten, por muy poco dinero, consumir vegetales de cosecha propia en tan sólo una o dos semanas desde el día de la plantación. Si sigues los consejos de Elizabeth Millard en este interesante libro, podrás plantar todo tipo de frutas y verduras, como setas, lechuga y tomates, dentro de casa en cualquier estación del año.