Jbara vive en las montañas de un país del Magreb, entre sus padres, sus cinco hermanos y su rebaño. La pequeña y pobre pastora, reducida al rango de criada por un padre ignorante y brutal, se prostituye a veces por algunas golosinas. Es bella, pero no lo sabe. En un pueblo donde las mujeres, literalmente, no son nada, ella todavía no sabe que su belleza es un poder. Hasta que un día una maleta caída de un coche de turistas americanos le revela otro mundo. Empieza trabajando de mujer de la limpieza para decantarse, poco a poco, por el mundo de la prostitución de lujo, la cárcel, los narcotraficantes.
Un testimonio implacable sobre la opresión de las mujeres. Un grito de rebelión. Pero también, más allá de la desesperación y la miseria, la oración conmovedora de una mujer que se mantiene en pie frente a Dios y a los hombres, con un confidente un tanto especial, el mismísimo Alá.