¿Expresa la globalización el imperialismo de Occidente o es un fenómeno que arrinconará a Europa y a Estados Unidos? ¿Seremos todos iguales o persistirán las diferencias? ¿Qué ocurrirá con la democracia y los derechos humanos? Son algunas de las preguntas que recorren este volumen y donde se enfrentan Gilles Lipovetsky y Hervé Juvin. Como un defensor de la globalización se presenta Lipovetsky; no afirma que sea un régimen bueno por sí mismo; alega simplemente que es el único que hay porque no hay otro capaz de sustituirlo. Lipovetsky es el pesimista, obligado a desarrollar un juego optimista. Juvin es enemigo de la globalización, ve en ella la muerte de la pluralidad cultural y de todo lo que la ha sustentado. Es el optimista a quien la partida obliga a parecer pesimista. «Este libro nos presenta las bases de un debate, dos concepciones del mundo tal como es y tal como funciona» (Philippe Gauthier). «Una cosa perdura: la Europa de los veintisiete representa, sin duda, un mercado común; tal vez marque simultáneamente la pérdida de una cultura europea común» (Valérie Wosinski, Page).