Escrito en 1971, cuando todavía se oían los ecos de los latidos de los hermosos cadáveres dejados por algunos de los miembros de la generación beat –Kerouac, Cassady–, este libro, la primera crónica de largo aliento publicada sobre ella, recoge de primera mano la historia de aquel grupo de jóvenes que en los años cincuenta se resistieron a los cantos de sirena de una sociedad norteamericana sumida en la complacencia y el conformismo.
Exhaustivo y comprometido con lo que narra, Cook repasa «en caliente» el impacto literario y social de aquella generación que supuso un revulsivo en las más bien anodinas aguas de la literatura norteamericana de la época, así como en un «modelo» (involuntario) de vida. Los beats se lanzaron sin miedo ni prejuicios al lado más salvaje de la vida, bordeando o zambulléndose de lleno en la marginalidad: probaron todas las drogas, todos los sexos, se dejaron fascinar por oriente, y su vida bohemia tuvo menos de pose que de arriesgada apuesta por un hedonismo ferozmente individualista y rebelde.
Pero su legado ha permeado la cultura contemporánea y perdura aún cincuenta años después; y, más allá de iconos fotogénicos o de referentes literarios insoslayables como Aullido o En la carretera, pervive su actitud, encarnada en la insolencia de negarse a asumir con docilidad lo dado y en su determinación a explorar, por su cuenta y riesgo, cuanto ofrece el mundo que nos rodea.