Este peculiar libro arranca con una fábula protagonizada por hormigas. Los hormigueros son sociedades perfectas, porque cada miembro se sacrifica por el bien común. Pero un día las hormigas se volvieron inteligentes, reflexivas, autónomas y libres. Y lo que debería haber elevado su calidad de vida, desbarató su convivencia. Después de estudiar durante mucho tiempo los triunfos y fracasos de la inteligencia individual –dice el autor–, me he visto obligado a estudiar la inteligencia compartida. Creo que es el tema del momento. Repetimos que nuestra identidad depende de nuestra pertenencia a un pueblo, una nación, una religión, una cultura. ¿Qué ocurre si esa cultura se encanalla? ¿Qué sucede si esa sociedad se vuelve estúpida? Debemos evaluar las culturas, someter a las sociedades a un «test de inteligencia», aunque suene a blasfemia. Este libro les invita a participar en un experimento social.