De intención semejante al opúsculo dedicado a Jeremy Bentham y publicado originalmente en la London and Westminster Review en agosto de 1838, este ensayo de Mill enjuiciando la personalidad filosófica de Samuel Taylor Coleridge también apareció en las páginas de la revista. Fue incluído en el número de marzo de 1840, seis años después del fallecimiento del distinguido poeta y ensayista. Tanto Bentham como Coleridge, a pesar de ser escritores minoritarios, fueron considerados por Mill como las dos cabezas seminales en la Inglaterra de su tiempo, la influencia del primero dejándose sentir principalmente en mentes de signo progresista y la del segundo en mentes de orientación conservadora. Mas tanto el uno como el otro fueron autores de proyección universal, y ambos se complementan mutuamente.
Comentando el presente ensayo, diría Mill en su Autobiografía que al escribirlo estaba dirigiéndose a radicales y liberales, y que por esta razón había optado detenerse en cosas que, proviniendo de un autor de escuela diferente, pudieran aquéllos sacar mayor provecho conociéndolas. Se fija Mill especialmente en la noción de Estado defendida por Coleridge en sus escritos políticos, según la cual el principio subyacente a toda verdadera constitución es el de buscar y respetar un equilibrio deseable entre la tradición y el progreso, las dos principales fuerzas antagónicas siempre presentes en el cuerpo social.