El autor traza las semblanzas de tres exiliados republicanos –Victoria Kent: la coherencia democrática; Jesús González Malo: un anarquista en América; Salvador de Madariaga: un liberal heterodoxo y europeísta–, tres falangistas disidentes –Antonio Tovar: del falangismo al liberalismo con emboscadura; Pedro Laín Entralgo: del fascismo al humanismo cristiano y democrático; Dionisio Ridruejo: juventud falangista y madurez democrática– y un monárquico liberal –Joaquín Satrústegui: antifalangismo y monarquismo juanista liberal–. Son siete semblanzas de primera mano de figura políticas de procedencia distinta, pero que todas ellas, desde sus orígenes o desde una evolución posterior, tuvieron como objetivo la superación de la guerra civil, en la que lucharon en bandos enfrentados.