Erigida como uno de los iconos de la liberación de la mujer, Anaïs Nin es recordada sobre todo por haber
dado a la luz pública su íntimo y a menudo perturbador Diario, en el que, a lo largo de más de treinta y cinco mil
páginas, desnudó su alma de una forma que fue considerada por sus coetáneos revolucionaria y escandalosa a partes
iguales y que hoy sorprende no tanto por su impudor sexual, sino por ser una incontestable muestra de alta literatura.
En este segundo volumen de su Diario (el anterior abarca el período 1931- 1934), Anaïs Nin viaja a Nueva York para
intentar superar algunos de sus fantasmas sentimentales, por lo que profundiza en el método psicoanalítico de la mano
de Otto Rank, seguidor de las tesis freudianas; y más tarde regresa a París, donde intenta publicar alguna de sus obras
de contenido más polémico, permaneciendo en la capital francesa hasta que los ecos de la guerra le obligan a abandonar
el viejo continente.