Entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX, Gran Bretaña, primero, y, luego, Francia, Bélgica y Alemania experimentaron cambios económicos que conocemos como Revolución Industrial y que hicieron que estos países tuvieran un crecimiento económico de una magnitud hasta entonces desconocida.
El lector hallará en este libro una explicación sencilla de esos cambios, que iniciaron una nueva era. Comprenderá por qué crecieron la población, la esperanza de vida, la productividad y el consumo; por qué la sociedad dejó de ser rural y pasó a ser urbana, y por qué desde entonces no han dejado de crecer la riqueza y el bienestar de los países que se han industrializado.