Los infantes fueron víctimas de los caprichos del azar. Doña Juana quedó inmersa en la locura de una pasión no correspondida, mientras doña Catalina acató la voluntad paterna, condenada a compartir lecho con un hombre autoritario que la aborrecía. Don Juan se llevó a la tumba el amor, la felicidad y la esperanza de todo un pueblo, y doña Isabel se casó con el rey de Portugal para asegurar la unión de ambos reinos. Después de su muerte, la infanta doña María se vio obligada a casarse con su cuñado y procurar continuidad a la estirpe lusitana.
Éste fue el trágico destino de los hijos de los Reyes Católicos.
Un relato ameno de la historiadora Vicenta Márquez de la Plata, especializada en la Edad Media, que examina la deriva vital que sufrieron los monarcas y analiza la forma en que la extinción de su estirpe cambió el rumbo de la historia de España y también de Europa.