LA figura del Che Guevara se ha convertido en un mito, en el doble sentido de la palabra. Y en un icono. Sus dos imágenes crísticas, la de su rostro triunfante y la de su cuerpo yacente, han hecho más por su «figura» que sus escritos o su participación verídica en la historia. A pesar de la multitud de libros sobre él, o presisamente por eso, sigue siendo un personaje discutido y por lo tanto discutible. Lo que se nos escapa, lo que se nos sigue escapando, es el hombre tras de su máscara. Un hombre contradictorio y consecuente, del que lo único indudable que se puede decir es que fue capaz de morir y de matar por su ideas. De ahí la relevancia de un libro como este (significativamente subtitulado «El hombre visto desde adentro»), de Luis Ortega, que le conoció desde 1954 y que ha sido reconocido siempre como polémico e independiente por tirios y por troyanos, es decir, por castristas y anticastristas. Luis Ortega es un escritor y periodista cubano nacido en 1916. Impulsó junto con Gastón Baquero una importante revista literaria, Clavileño, aparecida en 1942 y que será reeditada próximamente por la Editorial Renacimiento en su colección de Facsímiles. Fue director del diario Pueblo bajo la dictadura de Batista. Colaboró asimismo en numerosos medios: Información, Prensa Libre y Diario de la Marina, entre otros. Defensor del «asalto al Moncada» y amigo personal de Fidel Castro, con el que se reunió más de una vez en los años 80 y 90, tuvo que exiliarse en México en 1954, donde siguió tratando a los revolucionarios cubanos. Regresó a Cuba al triunfo de la Revolución para volver a exiliarse, definitivamente, unos meses más tarde. Sus columnas en la prensa del exilio han gozado siempre de un indudable prestigio y aún en el día de hoy, pasados sus muy lucidos 90 años, sigue estando en activo. Ha sido entrevistado elogiosamente en la revista oficial La Jiribilla y por el oficialista periodista cubano Luis Báez, quien le dedicó un libro. En el prólogo a la casi desconocida primera edición de ¡Yo soy el Che!, afirmaba con rotundidad, el gran escritor cubano Lino Novás Calvo: «No creo que nada tan certero ni tan impresionante se haya escrito hasta ahora sobre la personalidad de Ernesto Che Guevara. Es una obra de arte. Es también un poderoso documento para la historia… El mérito literario de este libro descansa sobre todo en esa equilibrada correspondencia de la anécdota con su resonancia. Es a la vez un reportaje y un retrato psicológico, todo en movimiento. Un retrato fílmico en que jamás la figura se separa de lo que la anima y envuelve». Tales elogiosas palabras siguen conservando entera su virtud de verdad y, por tanto, su actualidad. A. L.