«El caos es sostenible. Es una lección que he aprendido durante un cuarto de siglo de trabajo en guerras de cuatro continentes. Cuando el caos se convierte en cotidiano, el futuro deja de existir, la felicidad y la tristeza se miden en instantes y la vida se adapta al destino como el agua a su recipiente.»Palestinos e israelíes son el paradigma de la teoría del caos sostenible. En guerra desde hace 60 años en una tierra de milagros, de fanatismo, de injusticia, de violencia. En una tierra fascinante, contradictoria, surrealista. Una tierra que adoras por la mañana y odias por la tarde.»Comprender que israelíes y palestinos continuarán matándose durante los próximos 60 años mientras el mundo pretende buscar una solución inexistente libera el espíritu. Entonces descubrimos las personas, los parajes y los sentimientos que el bombardeo informativo sobre Oriente Próximo pasa por alto.En oriente Próximo no hay término medio. Todos aquellos que procedemos de otras latitudes somos en cierta manera instintivamente proisraelíes o propalestinos, o bien, antiisraelíes o antipalestinos, antes de que nuestro avión aterrice en Tierra Santa. Pero cualquiera que permanezca el tiempo suficiente, que mantenga el espíritu abierto y tenga la curiosidad de hablar con la gente, descubrirá que, como decía al principio, nada es lo que parece, que el blanco y negro se vuelven gris, que por mucho que hayamos leído sobre Oriente Próximo no es tan distinto de Liberia y que, en realidad, sabemos y comprendemos muy poco».