Los veinticinco años que precedieron al estallido de la Primera Guerra Mundial han pasado a la historia bajo el nombre de belle époque, una expresión amable y superficial que poco dice de los personajes y acontecimientos que provocaron el estallido de un conflicto que dividió aquella época de la nuestra, pero que, en cambio, describe perfectamente el espíritu de aquellos tiempos. En La torre del orgullo Barbara W. Tuchman configura un conjunto de figuras y acontecimientos de una época mucho menos bella de lo que muchos creen, marcada por profundos contrastes, en la que una Europa convulsionada convive con otra adormecida, como ajena a la gran hecatombe que se avecina, la Gran Guerra de 1914- 1918, que desbarató creencias, cambió ideas y, sobre todo, dejó heridas incurables en el espíritu.