En Furari (expresión en japonés que vendría a significar algo así como "de improviso" o "sin rumbo fijo" en español), Taniguchi narra la vida y costumbres de Edo -nombre que tuvo la actual ciudad de Tokio hasta la Restauración Meiji, en 1868- a través de las largas caminatas, dedicadas a la medición de la tierra, y la mirada sensible de Tadataka Ino (1745~1818), un comerciante, cartógrafo y agrimensor que confeccionó el primer mapa preciso de Japón tras 17 años de trabajo. Taniguchi es el médium perfecto para transmitirnos la delicada sensibilidad de este personaje de corte renacentista, sencillo y mundano, pero a la vez soñador y con un amplio interés humanista y científico. El gusto de Taniguchi por la comida, la poesía (haiku), la naturaleza o los animales, encaja perfectamente con el carácter y proceder de Ino, quizás el alter ego en esta obra del propio autor. Esta es, además, una de las últimas obras lanzadas al mercado de Taniguchi, que reúne en este único tomo los capítulos publicados en Japón en el año 2011 como serial en la revista manga semanal Morning.