En mi último libro Fantasmas de Roma, hablé de los espíritus que habitan las ruinas y palacios de la capital italiana. Esta vez mi búsqueda ha sido más amplia y he recorrido los lugares encantados de Venecia, Turín, Ravena y Nápoles para conocer los fantasmas de los que murieron bajo la lava de volcanes, en cárceles lúgubres, víctimas de la peste y de torturas espeluznantes. Cuento incluso historias vampíricas y de cuerpos sepultados en vida. Pero no todo son fantasmas de hace siglos, también hablo de los que yo he conocido en persona y que frecuentan las casas de algunos de mis amigos. ¡Una noche un fantasma le arrancó los botones del pijama a una de mis amigas mientras dormía! Y como era un espíritu muy considerado, los dejó recogidos dentro del cenicero de la mesilla de noche. Pero no se asusten. Los fantasmas de esta guía nada tienen en común con Lucifer o Satanás. Son casi todos seres más bien serios y respetuosos que se divierten asustando y espero que mis lectores también disfruten mucho con sus historias.