Internet ha representado una revolución en el mundo equiparable a la revolución industrial, eso ya pocos lo pueden poner en duda. Su llegada ha cambiado nuestra forma de acceder al conocimiento y de hacer negocios, de consumir cultura y de relacionarnos con nuestro entorno. Y, de entre todos esos cambios, el que más ha dado un giro radical a nuestro día a día ha sido posiblemente la aparición de las redes sociales. Esta avalancha de cambios nos ha pillado a todos desprevenidos, incluidas las empresas. Hay que plantear las redes sociales como instrumentos de comunicación y marketing, enmarcando su utilización dentro de las estrategias clásicas y entendiendo el concepto por encima de la técnica. ¿Por qué? Para hacerlas efectivas, para hacerlas rentables. No se trata de un manual de buenos usos de las redes sociales, de cómo hay que comunicar en las mismas, porque no tiene sentido que exista. Cada organización o persona debe comunicar de una forma distinta. Sino que el autor pretende mostrar formas de planificar y organizar protocolos lo más universales posibles para aumentar la eficacia.