A orillas del río Moscova, Moscú tiene su corazón en el Kremlin y la Plaza Roja. La historia ha dejado su impronta en cada rincón de la capital rusa, desde sus iglesias bizantinas y museos de arte a las gigantescas avenidas y edificios estalinistas. San Petersburgo, por su parte, es fruto del sueño de un rey, Pedro I el Grande. Las mansiones decimonónicas de estilo europeo se reflejan en las aguas de sus tranquilos, y los palacios imperiales evocan a Viena o París.
Marc Morte, experimentado guía de turismo y buen conocedor de ambas ciudades, nos da las claves para conocer Moscú y San Petersburgo en un corto viaje. Con sus principales atractivos calificados con estrellas según su interés, cortos paseos, un cuidado listado de direcciones para comer, dormir, divertirse o realizar compras y prácticos planos desplegables al final de la guía.