Filipinas, un archipiélago de más de 7.000 islas, se está revelando como uno de los grandes destinos turísticos de que han emergido con fuerza en los últimos años.
Un país con una indudable impronta española, fruto de 350 años de colonización, Filipinas es, por ello, un país diferente en el Sureste Asiático, y ese reconocible aire latino que se respira en las calles es la razón principal.
Los amantes de las actividades al aire libre disfrutarán de la exuberante naturaleza de Filipinas; miles de playas vírgenes, fondos coralinos impresionantes, lagunas escondidas entre los arrecifes, rompientes de olas ya legendarios, cascadas, arrozales y volcanes aún en actividad han hecho de este país un favorito de los surfistas, buceadores -hay centenares de enclaves excelentes para el buceo con tubo o botellas-, senderistas o aficionados al kayak y el kitesurfing.
Pero, además, el carácter amable, educado, hospitalario y tan alegre del pueblo filipino es un atractivo que pesa tanto como la belleza salvaje del país a la hora de decidirse por las islas Filipinas para el próximo destino viajero.