Los archivos deparan con frecuencia sorpresas estimulantes. El Archivo Histórico del Nacionalismo Vasco conserva entre sus fondos un mecanoescrito titulado Los republicanos en el Norte de España, en el que se realiza un análisis de lo sucedido en el Frente Norte (Asturias, Santander y Vizcaya) entre julio de 1936 y octubre de 1937. Su autor, Constant Alexis Brusiloff Nigehorodzeff, fue uno de los intérpretes de los asesores soviéticos que actuaron en esa zona durante la Guerra Civil. La obra dedica precisamente uno de sus apartados a detallar la importancia de la ayuda soviética al bando republicano en la costa cantábrica y a mostrar la actuación política, militar e incluso moral de los asesores. Simplemente por ese hecho merecía toda mi atención. El escrito se divide en dos partes: la primera trata los asuntos militares y la segunda, la retaguardia. Hay que subrayar, en ambos apartados, la riqueza y la amplitud del campo de miras de Constant Brusiloff. Ninguno de los aspectos relacionados con la guerra está ausente. Los combates, el ejército, la marina, la aviación, la industria de guerra, la presencia de los comisarios políticos y de voluntarios extranjeros o la importancia de las fortificaciones son analizados de forma desapasionada. La segunda parte, la retaguardia, estudia los aspectos políticos (formas y acción de gobierno, partidos y sindicatos, la cuestión religiosa), la vida cotidiana (abastecimiento, bloqueo y finanzas), el régimen penal, el espionaje, la actitud ante los bombardeos o la sucesiva evacuación de las provincias norteñas. La mirada que ofrece sobre los 15 meses que duró el conflicto bélico en la zona republican desmitifica el conflicto bélico, subrayando todas las carencias que se vivieron durante ese lapso de tiempo. Animado a publicar tan importante testimonio y análisis, la suerte, y Google, me permitió localizar a Carmen Brusiloff, la hija de Constant y gracias a su ayuda pude reconstruir buena parte del itinerario vital de su padre. El autor del texto tuvo una vida azarosa que se extendió desde la Revolución Rusa hasta su muerte en Venezuela en 1977, pasando por un primer exilio en Turquía y América, una breve etapa en España entre 1933 y 1937 y una nueva estancia en América, en el que no faltaron persecución, cárcel y muchas penurias. Brusiloff, si este era su verdadero apellido, trató en todo momento de vivir como un caballero ruso, en un mundo que se desmoronó y transformó a su paso.