Veinte años después de su muerte, y con una larga lista de libros de historia convertidos en superventas,
la obra renovadora y la personalidad rompedora de Barbara W. Tuchman siguen fascinando a nuevos y
viejos lectores. La historiadora que dio un nuevo rumbo a la manera de contar la historia, y supo llegar al gran
público con la narración de la Peste Negra del siglo XIV (en Un espejo lejano) o de la Primera
Guerra Mundial (en El telegrama Zimmermann oLos cañones de agosto), escribió
también un libro programático, Cómo se escribe la historia, inédito hasta ahora en castellano e
insólito en su especialidad, una auténtica declaración de principios sobre el oficio de escribir historia y una aguja
de marear imprescindible para todo historiador de nuestro tiempo. No en balde el libro es una suerte de manual que
contiene las claves para entender la escritura de la historia: la diferencia entre historia (verdad) y poesía
(invención), el recurso a las fuentes primarias, el contraste de la información, la selección de los materiales, la
investigación como motor de la historia, el material inédito y, sobre todo, "la narración como alma de la historia".
Así, Cómo se escribe la historia es también una autobiografía intelectual de una mujer que nos
enseña el compromiso del historiador consigo mismo, con su materia y con sus lectores; y todo ello a través de un
panorama general de los acontecimientos decisivos que jalonan el siglo XX, desde la Primera Guerra Mundial hasta el
final de la Guerra Fría.