El 5 de marzo de 1916, tras un violento impacto, el imponente transatlántico español de 140 metros de eslora, el Príncipe de Asturias, se hunde en menos de cinco minutos enfrente de la isla de Ilhabela, en la costa de Brasil. Mueren oficialmente 447 personas y sobreviven 147. Pero pudo haber más de un millar de víctimas: a bordo viajaban muchos polizones que huían de la Primera Guerra Mundial en Europa.