Durante la Segunda Guerra Mundial no solo acontecieron grandes batallas protagonizadas por los ejércitos aliados y del Eje, sino que también hubo un espacio reservado para otra forma de combatir, para los engaños en los que primó el ingenio, para las guerrillas en territorio enemigo, en definitiva, para las denominadas operaciones especiales. Todos los países sin excepción llevaron a cabo esta forma de lucha de un modo u otro, desde los Comandos británicos hasta la División Brandenburg alemana, pasando por el Longe Range Desert Group (LRDG), el Special Air Service (SAS), los Rangers o algunas unidades de las SS.