En una fría noche de invierno, cuando toda la ciudad está sumida en el silencio y el sopor, el señor Descartes comienza a dudar de lo que le rodea: «¿Es posible que 2 + 2 ya no sea 4? ¿Que todo lo que hay a mi alrededor, mi casa, el fuego de la chimenea, mi cuerpo, no sean más que un sueño? ¿Y si un genio maligno está jugando a engañarme?».