El joven Oyuni se sentía muy orgullosos de pertenecer al pueblo Inca. Le encantaba escuchar a Guayán, un hombre muy viejo al que consideraba el más sabio del lugar. Cuando volvía de trabajar, se sentaba junto a él y le pedía que le contase historias de los Incas. Siempre le hablaba de un personaje que le causaba cierta inquietud: el sabio de las cuatro orejas. Por más que le preguntaba, Guayán no terminaba de esclarecerle quién era y qué escuchaba con sus cuatro orejas. Por ello, no tuvo más remedio que emprender un largo viaje a través de las tierras del imperio, con el fin de encontrar más información sobre tan admirable personaje…