Entre todas las reglas de la Primera Ley, la última es la más rigurosa: «Bajo ninguna circunstancia se permitirá que una mujer se acerque a los dragones».
El castigo por violar esta regla es una lenta tortura antes de morir. La joven Kira lo sabe, pero su único deseo es llegar a ser caballero del dragón, como lo era su padre, y domar a Ferarchi, el Salvaje. «Es el dragón más feroz que jamás haya pisado esta tierra. Mata. Eso es lo único que hace. Matar y devorar. Mientras vuele libremente sobre la Montaña Maldita, todo el que se acerque a él está condenado», le advierte su padre, pero Kira, que intenta desesperadamente enfrentarse a su destino, ansía la libertad del Salvaje.
Un rey despiadado, caballeros, dragones, brujería, magia y una extraña profecía...