Una emocionante novela en la que su autora nos deleita con la arrebatadora historia de amor entre dos de los vástagos de Julian y April (personajes de Cuando el amor despierta) y James y Judith (que ya aparecieron en Cuando la pasión espera).
May, hija de los marqueses de Woodward, y Alexander Saint-Jones, marqués de Wilerbrough, se conocen desde niños y siempre han tenido una relación apasionada llena de reyertas cargadas de complicidad sobre cualquier cosa por la que mereciera la pena discutir. Pero el grand tour de él y una gira literaria de ella, convertida en reconocida escritora, los mantienen separados durante seis años, y solo la correspondencia, repleta de burlas sobre matrimonios, los mantiene unidos.
Cuando para la temporada de 1850 al fin se encuentran, May debería ser considerada una solterona y Alexander debería pensar seriamente en casarse. Y sin embargo Alexander no parece proclive a hacer lo que de él se espera, buscar una debutante a la que tomar como esposa, ni la familia de May cree que su hija deba rendirse todavía. De modo que la primera temporada de Alexander va a coincidir con la última de May. Y la relación, así como las divertidas y afiladas riñas que la caracterizan, no se ha enfriado en absoluto.
Por el contrario, ha tomado un cariz sorprendente y la pasión que siempre ha habido entre ellos parece desbordarse y envolverlos.