Durante cientos de años los demonios han sido dueños de la noche. Sin embargo, ahora los hombres han recuperado los antiguos grafos de combate para enfrentarse a los abismales. Pero los demonios también juegan sus cartas y vigilan de cerca a Jardir de Krasia y Arlen del norte; uno autoproclamado Liberador; el otro elegido, contra su voluntad, por su propia gente. Tras la conquista de Fuerte Rizón por parte de los krasianos, Arlen y sus compañeros deberán unir a las fuerzas del norte para enfrentarse a un enemigo común: el ejército de Jardir. Mientras, los príncipes abismales preparan el terreno para la gran batalla y la extinción de la raza humana.