Una noche de diciembre, mientras el dueño de la casa lee una vieja novela de fantasmas que sugestiona su imaginación, queda aterrado por un cric crac procedente de una mesa de tres patas que pocos días antes él mismo había rescatado del desván de la casa. Sus hijas enseguida se convencen de la presencia de espíritus que merodean entre las patas de la mesita. la madre, en cambio, mujer práctica y realista, se enfada por la credulidad de todos y busca los hechos físicos en la prosaica realidad. Nadie sin embargo tendrá toda la razón porque la naturaleza esconde a veces toda la magia.
El genio de Melville, con su fino sentido del humor, se burla de los crédulos que buscan espectros donde sólo existe lo que desconocemos.