Junto a los de Cicerón y Séneca, el epistolario de Plinio el Joven es uno de los más importantes de la literatura latina, tanto por lo que significa en su conjunto de diez libros como en lo que respecta a algunas cartas concretas que en él se recogen. Ofrecemos en este libro una selección de ocho cartas fundamentales para entender la variedad temática y de estilo que encierra semejante compilación. Entre otras cartas aquí seleccionadas, destacan las dos dedicadas a la terrible erupción del Vesubio, la relativa a la existencia de los fantasmas o la consulta que hace al emperador acerca de los cristianos.
Nacido en Como durante la segunda mitad del siglo I de nuestra era, Plinio el Joven destacó por su carrera como abogado y político bajo tres emperadores: Domiciano, Nerva y Trajano. Fue discípulo del orador Quintiliano, hijo adoptivo del naturalista Plinio el Viejo y gran amigo del historiador Tácito. Semejantes relaciones le hicieron buscar la fama, más allá de sus meras circunstancias históricas y vitales, en la creación literaria. Sus obras son el «Panegírico de Trajano» y los diez libros que componen su epistolario. En el año 113, Plinio el Joven desapareció de la Historia, pero se quedó con nosotros para siempre debido al carácter curioso y atemporal de sus escritos.