Meg Mackinnon sabe que debe encontrar un marido fiel que pueda afianzar el poder de su hermano, el futuro jefe del clan. Cuando Meg deja la corte para empezar la búsqueda de un pretendiente, cae víctima de la emboscada de unos forajidos. El tipo misterioso que sale en su rescate no cumple ninguno de los requisitos que ella tenía en mente, pero sí despierta en Meg una pasión innegable. Es Alex MacLeod, que se define a sí mismo como un mercenario, un hombre que no debe lealtad a nadie. Pero pronto Meg empieza a sospechar que Alex no es lo que parece, y deberá aprender a confiar en su corazón si no quiere arriesgarse a perder para siempre al hombre de su vida.
«Picante, rápida y fascinante... una lectura que deja sin aliento.»
Julia London