Un desencantado treintañero, superviviente de su propia juventud, tiene con un socio más o menos alcohólico una pequeña agencia de publicidad y traducciones. En una de sus campañas publicitarias ha publicado una fotografía que lo pondrá en el punto de mira de un poderosísimo grupo industrial, verdadero imperio económico y también político. Y a partir de aquí, se verá lanzado a una ardua investigación, digna de las mejores novelas policíacas americanas: antes de un mes debe encontrar el lugar donde fue hecha la fotografía y el animal que aparece en ella. Si no lo hace le convertirán en un paria en su propia sociedad. El lector, junto con el protagonista, se internará en esta búsqueda del carnero mítico que, cuando es mirado por alguien a quien él elige, posee al espectador. Un carnero que –dice la leyenda– se apoderó de Gengis Khan y que tal vez no sea más que la encarnación del poder absoluto. «Una novela de fascinante lectura» (Santiago Aizarna, El Diario Vasco); «Uno de esos libros que recomiendas a un amigo cuando intentas sorprenderle» (Juana Romero, Crítica).