En los cuentos clásicos un beso, un simple beso, bastaba para transformar a un sapo en un príncipe. La carencia de un beso, del
afecto de quienes le rodeaban, convirtió a Gregorio Samsa en una cucaracha en La Metamorfosis de Frank Kafka. Partiendo de ambos pilares Javier Puebla crea una historia tan original como clásica, tan
fascinante como humilde. Una historia de amor y valor, de dolor y temor. Herendira no nació humana, nació cucaracha; y sólo un beso logró el milagro de transformarla en persona. Pero no en cualquier persona, sino
en alguien rastrero y ruin, que jamás deja de ser un insecto y sufre hasta enloquecer con la felicidad ajena. Una mujer capaz de amargar la vida a su propia hija, o a la bondadosa e inteligente Paquita, la portera
del inmueble en el que vive, e incluso a su marido, el hombre que le dio el beso mágico: el gran Melquíades Bencinto, un personaje conmovedor, que acabará logrando perdurar en la historia de la literatura; si realmente sirvió para algo, tuvo alguna utilidad o sentido, su simple, sencillo y generoso beso. Beso de amor.