Después de cientos de años manipulando en secreto a la raza humana, el aviador estelar ha conseguido urdir una guerra capaz de provocar la des-trucción de la Federación. Afortunadamente, gracias a la investigadora jefe Paula Myo, la élite política de la Federación admite la existencia del aviador
y monta una insólita asociación para dar caza a este enigmático alienígena.
Mark Vernon, mecánico sin igual, tiene la sensación de haber caído de pie cuando encuentra el trabajo más seguro en el mundo de la Federación: ayuda a construir las naves estelares que evacuarán a los ultraricos si acaso
se perdiera la guerra. Pero un día llega Nigel Sheldon a pedirle un pequeño favor. Y al hombre que creó la Federación no se le dice que no... El problema de los pequeños favores es que tienen tendencia a hacerse grandes.