"Milagro de la rosa" fue escrita en una celda de la mítica cárcel parisina de La Santé. Redactada clandestinamente en pedazos de papel robados de los talleres de esta prisión, destinados originalmente a la fabricación de bolsas, es una de las grandes novelas autobiográficas de la segunda mitad del siglo XX. En ella, el sexo y el amor son siempre extremos; y la violencia y la catástrofe aparecen siempre envueltas por el rito.
El amor, tan puro y extraño como esas flores que crecen en el fango, se eleva sobre las vivencias en cárceles y correccionales para convertir su lectura en una experiencia nueva y renovadora, donde la sordidez conforma la verdadera belleza literaria, mientras seguimos leyendo, seducidos y fascinados por esta historia de historias.
Hermosa y demoledora, "Milagro de la rosa" anticipa en muchos de sus pasajes la contracultura europea y norteamericana que estaba por nacer: de la potencia descarnada de la poesía de Allen Ginsberg al humor provocador de Joe Orton; de las imágenes tortuosas de Fassbinder y el Nuevo Cine Alemán a la prosa carnal de Hanif Kureishi en Mi hermosa lavandería o Intimidad.
He aquí un corazón al desnudo, según reclamara Baudelaire. Una obra rotunda para lectores audaces y descarados.