Anchee Min nos ofrece el vibrante retrato de las hazañas de la última emperatriz de China, a quien conocimos en su anterior novela, La ciudad prohibida. En medio de grandes conflictos coloniales, tras la muerte del emperador, Tzu-Hsi gobernó con determinación un país inmenso y complejo, sometido a graves presiones internacionales, aunque para ello tuviera que renunciar al amor y la felicidad. Un vívido retrato de una de las épocas más apasionantes de China a través de una madre, amante y emperatriz que marcó el curso de la Historia.