Lo mismo que pasaba con el famoso cuento Brokeback Mountain, llevado al cine con gran éxito, los cuentos que Proulx ha dedicado a la tierra de Wyoming hablan de rancheros y cowboys, de indios y camareras de saloon, de amistades peculiares y disputas familiares donde el rencor viene de lejos y el amor es bronco.
La pasión por ese pedazo de suelo llamado Wyoming muestra a sus habitantes en toda su vulnerabilidad, como es el caso de Ray, un viejo instalado en un hogar de ancianos que decide por fin contar los secretos de familia a su nieta, o la historia de la joven pareja de pioneros que intentó sacar adelante su rancho a principio del siglo XX, cuando Wyoming era aun una tierra de naturaleza hostil, hasta llegar a la macabra historia de un árbol plantado en medio del desierto que ve morir a todos los viajeros que transitan a su lado.
En estos relatos, que se reúnen por primera vez en castellano, están todos los elementos que construyeron en su día la leyenda del lejano Oeste, pero la ironía de la autora, su capacidad ver el fondo de esos hombres y mujeres en apariencia tan curtidos, su mirada femenina hacia un mundo tan machista, dan una vuelta de tuerca al mito: es así como el western de siempre se convierte en gran literatura y una tierra árida, poco generosa con su gente, se transforma en un espacio literario de mucho calado.
La opinión del editor: Más allá del tópico, autores como Sherwood Anderson, Flannery O´Connor, Eudora Welty y Katherine Anne Porter han dibujado un mapa peculiar de Estados Unidos. Ahora añadimos a Annie Proulx a nuestro catálogo para ir completando el panorama de la mejor narrativa americana contemporánea.