Durante la reforma de su casa de Segovia, Laura encuentra un libro fechado en 1571 y dedicado a un tal Agustín Manuel por su hermano Jaime, junto con media moneda de bronce con el perfil de una dama renacentista, rodeada por caracteres hebreos. Impulsada menos por la curiosidad que por el deseo de eludir la tristeza que la embarga desde su reciente divorcio, Laura viaja a Jerusalén para localizar a Jaime Saporta, el anciano judío que heredó, según ha descubierto, la otra mitad de la moneda. Allí comprobará que este hombre posee, además, el retrato de un mercader portugués atribuido a Alberto Durero en el que como fondo aparece un misterioso castillo que ella cree reconocer.
Agustín Manuel y su hermano Jaime; Leonor, la hermanastra de ambos; personajes históricos como la bella portuguesa Brianda de Luna y su extraordinaria hermana Beatriz, banquera de reyes y salvadora de muchos descendientes de españoles judíos expulsados de su patria; Tintoretto y Durero; Felipe II y José Nasí, duque de Naxos; Carlos V o el sultán Solimán..., conforman el rico entramado de amores, intrigas y traiciones que Laura descubrirá en el curso de sus indagaciones, sin saber que ella es la responsable de saldar una deuda que se contrajo cinco siglos antes.