En un pequeño pueblo de la sierra de Gredos se reúnen en plena noche el alcalde, el cura, el sargento de la Guardia Civil y el influyente representante de la cofradía en honor al Santo Prepucio. De la iglesia ha desaparecido esta reliquia..., que es también importante motor de la economía local. En efecto, si se difundiera su robo, los bares, restaurantes, pastelerías y casas de turismo rural se verían obligados a cerrar, con el trastorno que ello generaría.
Las investigaciones sobre el robo no han llegado a ninguna conclusión y los cuatro destacados vecinos deciden recurrir a Joaquín, ganadero y aficionado al cine que durante los últimos años de la dictadura fue legionario en el Sáhara, donde realizó labores de contrainformación. La única pista con la que cuentan conduce a Madrid.
En un principio Joaquín se niega, pero al final decide aprovechar la ocasión de salir por segunda vez en su vida del pueblo. Llevaba tiempo dándole vueltas en la cabeza a la idea de ir a la capital en busca de su primer y único amor, de quien no ha vuelto a tener noticias desde su juventud. Sin embargo, no tardarán en aparecer las dificultades. Entre ellas el misterioso asesino sin escrúpulos que firma sus crímenes con un dibujo: una libélula.