La octava novela de los Cazadores Oscuros
En el reino de los Cazadores Oscuros existe un código de honor que incluso ellos, los chicos malos de la inmortalidad, deben respetar: «No hacer daño a ningún humano. No beber sangre. No enamorarse jamás». Aunque en ocasiones hay quien se rebela, y entonces se ve obligado a intervenir Alexion, el juez y verdugo de los Cazadores Oscuros, el brazo ejecutor de Aquerón.
Frío y distante, Alexion es aquel a quien todos temen y que nada teme. Implacable en sus veredictos, nadie puede detenerle? salvo quizá, esta vez, Dangereuse St. Richard. Porque Danger es un peligro y una distracción letal. Pero también la única mujer que, en más de doscientos años, ha atravesado la coraza de Alexion y a la que ahora él no puede ni quiere dejar escapar. Aunque su amor por ella se interponga con el deber.
«Kenyon escribe con ritmo, ironía, sensualidad y una imaginación incansable. Las suyas no son las típicas novelas de vampiros que compraría tu madre.»
The Boston Globe