Don Juan en Sicilia (1940) cuenta la vida de Giovanni Percolla, un solterón que vive en un caserón, arropado por los cuidados de sus hermanas. Desde las sillas de las terrazas, Giovanni y sus amigos otean el horizonte femenino e imaginan proezas eróticas al paso de las mujeres. El bello Antonio (1949), ambientada en la Sicilia de los años treinta, narra la historia de un joven de singular belleza que todas las mujeres de Catania ambicionan, sin sospechar que es impotente. Las ganas de Paolo (1954) tiene como protagonista al joven siciliano Paolo Castorini, víctima de una sensualidad prepotente, que el hombre desahoga en su isla natal y en Roma. Aquí, Eros asume su aspecto más tenebroso, y las aventuras con un sinfín de mujeres acaban pareciéndose a una bajada a los infiernos.