Erase una vez dos niñas, Elena y Lila, que nacieron en 1944 en un barrio pobre de la ciudad de Nápoles, y desde entonces su historia ha sido el hilo conductor de esta espléndida saga napolitana que ahora llega a su tercera entrega.
Lila se casó muy joven con el hombre más adinerado el barrio y poco tardó en dejarlo. Ahora vive en un barrio miserable, entre cuatro paredes húmedas donde comparte lo poco que le proporciona un salario de obrera con su hijo y un amigo, pero su ingenio no ha mermado; solo se ha transformado en rabia. Es quizá este odio hacia sí misma lo que la llevará a capitanear las revueltas en la fábrica y a negarse a una convivencia pacífica y modesta con su compañero. Elena, en cambio, ha continuado con los estudios e incluso ha escrito una novela. Ahora vive entre Nápoles y Pisa, y se casa con un profesor de la universidad de Florencia.
Así, a primera vista, nada une ya a las dos amigas, pero el barrio de Nápoles donde fueron niñas aun las reclama, las viejas costumbres las devuelven a un tiempo que ya se fue, y lo que han ido haciendo con su cuerpo se cobra su precio. De fondo, las luchas sociales en Italia, un país que en los años setenta del siglo pasado vivió un tiempo de plomo difícil de definir y también de olvidar.
Con esta novela continua una saga que ha hecho del costumbrismo una herramienta para la gran literatura y coloca a Elena Ferrante entre los grandes nombres de nuestra época.
"Elena Ferrante ha escrito novelas extraordinarias, lúcidas, honestas hasta la indecencia...Con su escritura araña la vanidad burguesa y el decoro doméstico, y le arranca la piel a la rutina."
James Wood, The New Yorker