Al hablar de la condición humana en general se corre el riesgo de caer en la frivolidad, pero basta con leer cualquiera de los cuentos de Cynthia Ozick para olvidarse de las frases hechas y asumir lo que es ajeno como nuestro. De su pluma o, como ella ha dicho, de ''la sustancia húmeda, tinta o sangre'', emerge una narrativa feroz, concentrada y brutal, que parte de una observación sagaz de la realidad.
En esta recopilación de cuentos descubrimos un universo literario que explora la inmigración, la movilidad de clases y el ejercicio terco de la identidad. Por sus páginas deambulan hombres y mujeres que a primera vista podrían parecer seres patéticos y desesperados, pero que en el fondo conservan su dignidad, a menudo gracias a la ironía, siempre tan oportuna. Si, como decía Mark Strand, vivir consiste en estar alerta y prestar atención al mundo, Cynthia Ozick es el testigo que buscábamos.
El estilo más logrado y elegante de la narrativa contemporánea
New York Times