Que la vida es un constante alejarse y regresar a aquellos años tempranos en los que la conciencia es incapaz de abarcar toda la complejidad del mundo lo corrobora la rica trayectoria literaria del escritor alemán de origen sirio Rafik Schami. Nacido en Damasco y exiliado desde hace más de cuarenta años en Alemania, donde se ha granjeado una enorme legión de fieles lectores, Schami ha sabido utilizar como pocos la fuerza evocadora de los recuerdos para plasmar con maestría los ásperos contornos del presente. Como ya hizo en El lado oscuro del amor y El secreto del calígrafo, Schami dibuja un colorido retrato de la convivencia de judíos, cristianos y musulmanes por las calles del Damasco de su juventud, recreando escenas, olores y sabores de una ciudad viva y radiante, en la que la legendaria hospitalidad del pueblo sirio contrastaba con la ciega brutalidad del sistema, que ya exhibía sus mortíferas garras.
Instalado en Roma, casado con una farmacóloga italiana y padre de un niño, Salman, álter ego de Schami, regresa a su país empujado por la añoranza. Pero el emocionante reencuentro con la familia y los amigos, y los paseos por los barrios de su infancia, por los zocos y los cafés de su juventud, enmascaran una realidad amenazante. Los acontecimientos se precipitarán y el azaroso encuentro de Salman con el septuagenario Karim, antiguo gran amor de Sofía, su madre, le dejará una lección inolvidable para el resto de sus días.
Singular mezcla de la vivacidad de los cuentos orientales con el rigor formal de la prosa europea, el estilo de Rafik Schami nos ofrece una singular perspectiva de una sociedad tan lejana y próxima a la vez. Basculando entre la bondad y la maldad, el amor y el odio, la lealtad y la traición, esta novela es un oportuno recordatorio de que el entendimiento y la reconciliación entre todos los seres humanos es un sueño realizable.