Nunca es tarde para enamorarse
Jeanie tiene sesenta años, una casa bonita, su propio negocio,
una hija casada y una encantadora nieta de dos años. Aunque en
apariencia lleva una vida cómoda y tranquila, la verdad es que
su matrimonio con George es aburrido y totalmente predecible.
Hasta que un día conoce a Ray. Cada jueves, cuando acompaña
a su nieta al parque, se encuentra con este atractivo abuelo que
juega con su nieto. Empiezan hablando de los niños y acaban
explicándose la vida.
Las conversaciones de los jueves en el parque son cada vez más
importantes para ambos y, poco a poco, Ray y Jeanie se dan cuenta de que se han enamorado. Pero ¿tiene derecho a abandonar lo que ha sido su vida durante treinta años y a destrozar a su marido?
¿Sería una locura a su edad arriesgarlo todo para perseguir un nuevo amor?